22 minutos con la realidad

- Ufff al fin en el hotel, no me bancaba más la mala onda en el Vaticano

- Pero Juliana, por qué mala onda? El Vaticano es un sitio inspirador. Yo salí fortalecido espiritualmente

- Inspirador? Vos viste la cara de orto que te puso el Papa, Mauricio? Me trajiste hasta acá, no me dejan bañar en la Fontana di Trevi, me hacen disfrazar de viuda, me hacen dejar la nena en un pelotero, y todo para qué? Para que te reciban veinte minutos con cara de Angelici escuchando las explicaciones del Vasco Arruabarrena.

- No fueron veinte minutos, fueron veintidos. Y no veintidos minutos cualquiera,  veintidos minutos en homenaje al Papa Julius  que se tomaba ese tiempo para recibir a sus visitas

- De dónde sacaste esa boludez, Mauricio?

- Lo vi en el cable

- No sos más boludo porque no tenés tiempo. Los veintidos minutos de Julius es un programa de El Gourmet. Y te cuento que ese tal Julius en el tiempo que el forro de Francisco se toma para desempaquetar un regalo, te cocina para cincuenta.

- Lo importante es que fuimos bendecidos con la gracias infinita del heredero de Pedro.

- Vos habrás sido bendecido, yo no puedo más de la humillación, Mauricio. En el grupo de whatsapp de las madres del jardín se la pasan compartiendo memes de “Francisco enojado con Juliana en lugares”. Mirás esta: A ver Francisco, qué te parecen las milanesas que cocinó Juliana? Y Francisco con cara de orto.  Y esta otra: a ver Francisco, qué opinás del taller donde Juliana manda a coser los escarpines? Y otra vez Francisco con cara de orto.  Te voy a mandar a vos a hacer la adaptación, se me cae la cara de vergüenza de solo pensar que voy a tener que cruzarme en la puerta del jardín con esas arpías

- Bueno, Juliana. Basta. Vos sabías que casándote con un líder mundial te exponías a eso.

- Pero no se suponía que el Vaticano está de nuestro lado? Cómo es que pasaron de refugiar nazis a ningunear a Micky Vainilla?

- A quién? No me gastes Juliana...

- Ahhh, ves que a vos tampoco te gusta? Ahora entendes lo que me pasa?

- Bueno sí, un poco. Dónde está Antonia? Tengo que ir a encontrarme con el primer ministro, fijate si la podés sacar a pasear un poco.

- Se la llevó la niñera, le pidió que la saque a recorrer librerías. Como no la dejaron entrar se compró este librito para aprender y conocer sobre el lugar, mirá: “El Vaticano”, de Antonio Gramsci. No es hermoso tener una nena tan culta?

- Y, sí Juliana. Somos unos padres excelentes

- Es más, ya que le gustó tanto el libro, salí un ratito y le compré otros libritos del mismo autor, mirá, “Enseñanzas” se llama uno. Debe ser educativo.

- Y sí, con ese nombre...y el otro?

- Creo que es de repostería, se llama “Necesidad de una preparación ideológica de la masa”.

- Está segura que es de repostería?

- Sí, seguro. Lo raro es que viene sin fotitos, pero Antonia es inteligente y va a descubrir sola cómo armar las recetas.

- Espero. Me voy a comprar el diario para ver las repercusiones de mi cumbre con el Papa

- Dejá Mauricio, no te preocupes por eso ahora. Vamos a pasear por Piazza Spagna, a ver vidrieras a ver si me regalás algo. Están Gucci, Dior, Armani….

- Pero ahí se compraba la yegua, Juliana! El Papa nos pidió humildad, no te acordás? No habrá una Saladita por acá?

- Una Saladita. Sí, dale. Llevame a una Saladita. Hacé la prueba y te mando de vuelta a Argentina con la Xipolitakis de piloto.